IV. Los pasos
Estoy de
pie aquí sobre mis mismos pasos. Mi pasado es tan confuso y me futuro es muy
incierto. Mi nombre no es de éste paraíso; es terrestre. Parece que todo ha
sido una mentira. Parece que en todo lo que he creído éste tiempo se comienza a
derrumbar de a poco. El motivo, el camino, el sacrificio, el ideal, todo
desaparece. Parece que nunca he sido, no lo soy y nunca seré de aquí. Pero he
sido elegida, entre millones de mundos y estrellas se me ha dado una tarea de
parte de los arquitectos; ser una guardiana del tiempo.
Azid Al Raf
Hassed no es una ciudad como cualquiera, es la capital del universo. Es una
ciudad habitada únicamente por los elegidos. Me he preguntado ¿cómo llegué aquí?
¿Cuándo me trajeron? ¿De dónde viene mi nombre sin significado? ¿Será que fui
arrebatada de alguna civilización antigua? ¿Será que soy el fruto de miles de
experimentos? Después del juicio, de haberlo visto a él mi duda se ha
incrementado a tal punto que he analizado mi propio ADN y me he dado cuenta que
en realidad no soy de éste planeta como pensaba. Esto me ha hecho tener temor,
llorar por horas, querer abandonar ésta misión. Pero aquí estoy yo frente a
ésta gran puerta, a punto de cambiar mi destino, porque es lo que me dice me
corazón, para ser transcendental por las eternidades.
Comentarios